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Flamenco: Lorca, un poeta muy flamenco

FLAMENCO«Romancero Gitano»Teatro de la Maestranza. Ballet Flamenco de Andalucía. Coreografía_ Cristina Hoyos. Guión y dirección escénica_ José Carlos Plaza. Música_ Pedro Sierra. Vestuario_ Pedro

«Romancero Gitano»

Teatro de la Maestranza. Ballet Flamenco de Andalucía. Coreografía_ Cristina Hoyos. Guión y dirección escénica_ José Carlos Plaza. Música_ Pedro Sierra. Vestuario_ Pedro Moreno. Iluminación_ Paco Leal y Oscar Sáinz. Espacio escénico_Paco Leal. Día_ 23 de mayo de 2007

Federico García Lorca es un autor recurrente en el mundo del flamenco. Esta vez lo ha sido para el proyecto Cristina Hoyos-José Carlos Plaza que finalmente se ha estrenado en Sevilla. Programado en esta temporada en el teatro Central, el Maestranza acogió en la noche del miércoles, finalmente, el montaje del Ballet Flamenco de Andalucía, estrenado el pasado julio en Granada y tras la suspensión de la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla.

La apuesta escénica roza en algunos momentos el tópico lorquiano más común y no es novedosa en cuanto al tratamiento de la obra del poeta, ni tampoco en cuanto a la utilización de nuevas tecnologías en el flamenco, aunque sí es la más ambiciosa de las que ha realizado esta compañía bajo la dirección de Hoyos que, con amplios medios técnicos, se ha decantado por el uso del vídeo, así como por una gran escenografía en la que destaca una enorme viga que actúa de contenedor de las imágenes y sobre cuya zona central se van proyectando tanto los títulos y letras de los romances, como los dibujos de Federico. El escenario tiene como fondo una gran pantalla donde se proyecta una autopista y a su lado una furgoneta roja, elemento metafórico y errante del actual mundo gitano.

Los romances escogidos, nueve de entre los quince, se suceden como en movimientos encadenados con el hilo conductor del «Verde que te quiero verde». Desde la representación de la muerte en la luna blanca, a la virilidad del viento; desde el color verde del deseo prohibido, a las figuras femeninas, y el destino trágico de los gitanos.

La obra deposita la acción dramática en el recitativo de algunos romances, recitativo en la mayoría de las veces algo plano y oculto tras la música, a excepción del «Romance de la pena negra», a cargo de Cristina Hoyos, quien baila ataviada con un singular atuendo con bata de cola y acompañada por palillos para enfatizar aún más la rotundidad del verso. Quien tuvo retuvo, y ello se apreció en su soleá por bulerías.

Sin duda, la espléndida y muy flamenca partitura de Pedro Sierra, interpretada en directo (a excepción extrañamente del romance de «La monja gitana»), es uno de los elementos fundamentales de la obra. La coreografía está concebida de una manera coral destacando algunos personajes, como el de Susana Casas en «De la Luna, luna», Rosa Belmonte en «La preciosa y el aire», y sobre todo El Junco, en los romances del «Prendimiento y muerte de Antoñito el Camborio», muy flamenco por alegrías. El elenco del ballet está en un buen momento dancístico. Muy coordinado y en magnifica forma de baile, cumple rigurosamente las exigencias de una coreografía en la que la interpretación exige un esfuerzo importante para el desarrollo de la obra, que culmina en un pequeño fragmento de fiesta por bulerías con toda la compañía en escena.

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